Durante su intervención, Quintanilla explicó que las DANAs son fenómenos naturales cíclicos que, cuando no se gestionan adecuadamente, pueden convertirse en catástrofes. Históricamente, la Comunidad Valenciana ha experimentado lluvias torrenciales desde la época romana, y aunque la última DANA de gran impacto se registró en 1957, es fundamental prever su recurrencia en el futuro.
El experto subrayó que uno de los principales errores es la falta de aplicación del conocimiento y la tecnología disponibles para mitigar los efectos de estos fenómenos. En este sentido, señaló que existen estudios de ingeniería civil y meteorología que permiten construir infraestructuras como desvíos y presas para gestionar las riadas. Como referencia, mencionó a Estados Unidos, donde se utilizan tecnologías avanzadas y protocolos bien definidos para afrontar huracanes y otros eventos extremos.
Quintanilla abogó por una mayor inversión en prevención y comunicación, proponiendo la instalación de sensores para detectar lluvias torrenciales y el desarrollo de protocolos de comunicación directos con los ayuntamientos. Esto permitiría alertar a la población de manera rápida y eficiente, facilitando que los ciudadanos puedan resguardarse a tiempo. Asimismo, insistió en la necesidad de educar desde la infancia sobre la respuesta ante inundaciones, promoviendo simulacros y programas formativos.
Las declaraciones del Dr. Quintanilla resaltan la importancia de adoptar estrategias de prevención basadas en el conocimiento científico y la tecnología para reducir el impacto de las DANAs en la sociedad. La colaboración entre instituciones, administraciones y la ciudadanía es clave para afrontar estos desafíos con mayor eficacia.
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